Los tiempos están cambiando. Al movimiento de los huertos urbanos se suma ahora algo mucho más novedoso: viñedos plantados en azoteas. En Madrid, Nueva York o Quebec hay ya ejemplos activos. Por Daniel Méndez

¿Un ‘terroir’ en la azotea? Suena extraño, pero ya es realidad. En Madrid hay uno, en el hotel Wellington, y funciona, según el responsable de su diseño, como un «homenaje a la viticultura española». Lo dice José Ramón Lissarrague, consultor y profesor de viticultura en la Universidad Politécnica de Madrid.

En Brooklyn se halla Rooftop Reds, primer viñedo del mundo en azotea viable comercialmente. En 2017 elaboró su primer vino

Pese a las evidentes limitaciones que pueda tener un viñedo en una azotea de unos 45 metros cuadrados, las técnicas más novedosas han permitido extraer máximo rendimiento a un espacio muy reducido y en apenas un año. «A pequeña escala, hemos utilizado las mismas técnicas que se usan en los viñedos más sofisticados. La base ha sido preparar un sustrato adecuado, a lo que se ha añadido unas técnicas de fertilización en alta frecuencia y de forma continua».

Aquí hay vitis silvestris, uva airén, viura, verdejo o albariño en blanco. Y tempranillo, garnacha tinta o monastrell en tinto. «Están representadas las uvas más características de la Península», explica.

vino en azoteas

Este viñedo en la azotea del madrileño hotel Wellington reúne las uvas más características de España en un homenaje a su viticultura

¿Resultado? El viñedo, con vistas al skyline madrileño, se plantó en 2016 y este año han hecho su primera vendimia: han recogido unos 150 kilos de uva, «y de allí saldrán unos ocho litros de blanco y otros tantos de tinto». En enero saldrán a subasta y el dinero recaudado a través de la Fundación Wellington se destinará a una ONG. Un viñedo, pues, urbano, con afán didáctico y solidario. «El año que viene esperamos una producción sensiblemente mayor», dice Lissarrague.

Un pionero en Brooklyn

Al otro lado del charco encontramos otros ejemplos como Rooftop Reds, en lugares como el neoyorquino barrio de Brooklyn. Allí, en una azotea de 4500 metros cuadrados, se encuentra el que sus propietarios definen como el primer viñedo del mundo comercialmente viable en una azotea.

La idea es de los hermanos Thomas y Devin Shomaker y su socio Chris Papalia. La uva se planta en jardineras de 90 centímetros de alto y la tierra está compuesta, en un 40 por ciento, de vidrio triturado. ¿Objetivo? Crear un suelo liviano y sostenible. Las vides comenzaron a crecer en 2014 y, dos años después, el recinto abrió sus puertas al público. El año pasado la vendimia aportó uva suficiente para su primer vino.

La idea en Nueva York es que muchos ciudadanos planten vides en azoteas por toda la ciudad y hacer un vino entre todos

«Es verdad que la agricultura urbana y las plantaciones en azoteas son una moda en Nueva York. Pero el nuestro es un proyecto único», dice un orgulloso Devin. Ahora quieren dar un paso más: que todo neoyorquino pueda plantar sus propias vides en casa y hacer con todas ellas un vino cuyos ingresos se dedicarán en parte a fundaciones. Solo hace falta, afirman, disponer de una zona al aire libre (jardín o terraza) que reciba entre ocho y doce horas de luz.

Quebec es el escenario de otro experimento que se puso en marcha el pasado abril. Allí, el llamado Laboratorio de Agricultura Urbana ha sumado sus fuerzas con la Société des Alcools du Québec para investigar el potencial de la vid en entornos urbanos como la inmensa Montreal.

Experimento en altura

También ellos, como los responsables de Rooftop Reds, están evaluando los efectos de la incorporación de vidrio al mantillo. Entre otras cosas, produce una reverberación de los rayos de luz que acelera la maduración de las plantas. Algo especialmente importante en un clima frío como el de Canadá. Entre los beneficios de este sistema se encuentra, además, el aislamiento del edificio, protegido del calor en verano y del frío en invierno. Y, por supuesto, el incremento de zonas verdes. ¿Quién da más? Ya han establecido un campo de pruebas en el techo del Palacio de Congresos de Montreal y esperan expandirse a más tejados. La primera cosecha llegará en 2020.

vino en azoteas

Montreal: el tejado del Palacio de Congresos de Montreal aloja un plantío experimental que, además de vino, proporciona aislamiento térmico al edificio

Más tradición tiene el parisino Clos-Montmartre. El barrio más bohemio de París cuenta con viñedos desde el año 944. No exactamente en la azotea, pero sí en unas terrazas a pie de calle que pugnan por espacio entre las edificaciones de este célebre vecindario. De su gestión se encarga el Comité de Fiestas de Montmartre. Conviene estar atento al llegar septiembre: la vendimia se traduce en una gran fiesta donde se recoge uva pinot noir o gamay suficiente para más de mil botellas. ¡A brindar!

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