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Kevin Feige Presidente de Marvel Ni Spiderman, ni Iron Man, ni Thor, ni Capitán América...El verdadero superhéroe de Marvel es él

Crear 31 películas en diez años que han recaudado más de 28.000 millones de dólares, producir la cinta más taquillera de la historia y lograr tres Oscar para un filme basado en un cómic de los setenta… Si eso no es tener superpoderes, que venga Iron Man y lo vea. Kevin Feige, el presidente de Marvel Studios, ha demostrado ser un genio de la industria cinematográfica y de los negocios. Y casi sin dejarse ver. Él mismo nos cuenta cómo lo ha hecho.

Viernes, 22 de Abril 2022

Tiempo de lectura: 6 min

Es tentador catalogar a Kevin Feige de friki. La gorra de béisbol que disimula su calvicie, las camisetas de superhéroes que suele ponerse y su condición de enciclopedia viviente de las tramas y personajes que se entrelazan en los tebeos que durante décadas confeccionó la factoría de guionistas de Marvel invitan a considerarlo uno más de esos excéntricos devotos que se paseaban por la Comic-Con de San Diego a la caza de un autógrafo de Stan Lee, el mítico creador de esa saga inagotable de personajes -Iron Man, Spiderman, Capitán América, Thor, Hulk…-, fallecido en noviembre pasado. A Feige, discreto, incluso tímido, le encanta que lo conceptúen así. Nunca dejará tirados a los fans de Marvel porque él es otro fan.

«Veo mi oficio como puro divertimento. Dicho esto, sí, por supuesto, tratamos de difundir ideas. Pero no creo que se trate de un poder, sino más bien de una responsabilidad. Y un privilegio»

Pero Feige, presidente de Marvel Estudios y responsable del trasvase del universo Marvel desde el papel a la pantalla de cine, no sería el productor que lleva recaudados 22.000 millones de dólares con las 23 películas de la franquicia que se han estrenado desde 2008 si solo pensara en los fans. Los Vengadores: Endgame desbancó a Avatar como película más taquillera de todos los tiempos y tiene otras cuatro entre las diez con mayor recaudación. Feige piensa en el gran público.

Está pendiente de todos los detalles de cada producción. Y lo hace procurando no llamar la atención. Puede ser muy cabezota. Hasta cinco veces fue rechazada su solicitud de admisión en la Escuela de Artes Cinematográficas. A la sexta fue la vencida. Comenzó en Hollywood como asistente de producción y su condición de sabelotodo en cuestión de superhéroes encauzó su carrera en Marvel.

Feige es un vendedor nato. Cuando Walt Disney fagocitó los Estudios Marvel se aseguró «una plataforma publicitaria insuperable» y ha maniobrado con maestría para adquirir los derechos de personajes de Marvel que aún no tenía y que ha ido incorporando a un universo cinematográfico cada vez más vasto y superpoblado. Está preparado para competir en el streaming con Netflix y HBO. Y a seguir haciendo caja con el público familiar.

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El hombre invisible. Feige es tan discreto que resume su biografía en un par de frases: «Nací en Boston, me mudé a Nueva Jersey cuando tenía 3 años. Viví allí hasta los 18 y me mudé a Los Ángeles cuando me aceptaron en la Universidad del Sur de California para hacer películas, que es todo lo que he querido hacer». Su esposa, Caitlin, es enfermera, aunque no ejerce, y tienen dos hijos, Ella y Erik, a los que mantienen alejados de los focos.

XLSemanal. ¿Pensaba ya de niño frente a la tele en hacer una película algún día?

Kevin Feige. No, en absoluto. Supe que quería producir películas cuando vi el Superman de Richard Donner y el Batman de Tim Burton. Me pregunté entonces por qué no había más películas sobre superhéroes. Y cuando empecé a trabajar en el cine con Lauren Donner, la mujer de Richard Donner, enseguida pedí hacerlo en X-Men. Así empezó todo. Luego, cuando Avi Arad -el jefe de Marvel en aquella época- me pidió que me uniera a él, el proyecto que estaba desarrollando era el Spider-Mande Sam Raimi. Para mí, era un sueño hecho realidad.

XL. Según usted, ¿qué dice el éxito de sus 23 películas del mundo en el que vivimos?

K.F. A la gente le gusta el espectáculo. Hay tantos buenos programas en la televisión que, para conseguir que vayan a una sala de cine, hay que hacer que esperen ver otra cosa. El público quiere héroes que duden, que tengan dificultades para vencer la adversidad. Esa es la razón de que los cómics funcionen desde hace 80 años y de que nuestras películas sean un éxito desde hace 10. El público sabe que los buenos ganan la partida. Pero no quiere que sea algo fácil. Todos nuestros héroes, a pesar de sus superpoderes, sufren derrotas para que los espectadores continúen haciéndose preguntas sobre lo que van a ver.

XL. ¿Cree usted que tiene poder sobre el público? Es evidente que comparte valores a través de sus películas….

K.F. El término ‘poder’ no me gusta, prefiero hablar de responsabilidad. Pero veo mi oficio como puro divertimento. para el público, la mejor manera de escapar de su cotidianidad, del mundo real. Dicho esto, sí, por supuesto, nuestros directores tratan de difundir ideas. Pero no creo que se trate de un poder, sino más bien de un privilegio.

XL. ¿Tiene la sensación de haber tenido que pelearse para construir este imperio en que se ha convertido Marvel?

K.F. Francamente, sí. Cuando lanzamos la primera película de Iron Man, éramos una compañía de películas independientes. Desde entonces, las cosas han cambiado. Somos una empresa en la que todo el mundo se autofinancia, en la que todos los equipos trabajan con el mismo objetivo: hacer la mejor película posible. La mayoría de los empleados de Marvel están en la empresa desde el comienzo de nuestra aventura, algo bastante raro en Hollywood. Pero el verdadero cambio fue la compra por parte de Disney. A partir de ese momento entramos en otra galaxia, con un verdadero apoyo por su parte.

XL. ¿Qué cambió en concreto?

K.F. Disney nos dejó una total libertad artística y nos enseñó a crecer como estudio desde el punto de vista artístico y financiero. Tienen un departamento de marketing muy potente que nos permitió distribuir nuestras películas en el mundo entero. Sin ellos, estoy convencido de que no habríamos tenido nunca semejante éxito. Avengers: Endgame no habría sido posible nunca sin su apoyo.

XL. Marvel recibió por fin tres Oscar por ‘Black Panther’. ¿Ya era hora?

K.F. Me puse muy contento con esos tres premios. Pero solo me preocupo de las cosas sobre las que tengo un control. La carrera de los Oscar no puedo controlarla, ¡no soy un influencer! [Ríe].

«Disney, que adquirió Marvel, nos dejó una total libertad artística. Y hay que admitirlo. sin su departamento de ‘marketing’, que es muy potente, no habríamos tenido nunca semejante éxito»

XL. Con Black Panther y Capitana Marvel ha abierto la puerta a más diversidad en sus personajes. ¿Se sintió obligado por el movimiento #MeToo?

K.F. Hacer películas que reflejen el mundo es una necesidad. Pero habíamos anunciado esas películas hace 5 años y las teníamos en la cabeza desde hacía mucho tiempo. En el caso de Black Panther, ya habíamos hablado de Wakanda (la tierra de origen de Black Panther) en Iron Man 2 y también en el segundo Vengadores. Todo estaba en marcha desde hacía tiempo. Simplemente porque son personajes del universo Marvel. Black Panther, por ejemplo, se creó en la década de los sesenta, justo en el momento en el que se planteaba la batalla por los derechos civiles.

«Hay que ir cada vez más hacia la diversidad para que todo el mundo se sienta reflejado. Y sí, Marvel tendrá dentro de poco un superhéroe gay»

XL. ¿Tienen en cuenta lo que espera el público?

K.F. Por supuesto, pero también tenemos que desarrollar historias sobre las que no se ha pensado. Debemos sorprender. Cuando cogí las riendas de Marvel y empezamos a hablar de Thor, de Iron Man, de Capitán América, el público no tenía ni idea de que teníamos también en mente Los Guardianes de la Galaxia. En fin, digamos que en mi cabeza era necesario que nos lanzáramos al cine espacial. Hoy, nuestro público es tan internacional que hay que ir cada vez hacia más diversidad para que todo el mundo se sienta reflejado.

XL. Usted cita a menudo a Ron Howard, George Lucas y Robert Zemeckis como sus directores preferidos. ¿Formarán parte un día de la escudería de Marvel?

K.F. Todos nuestros directores se han convertido en superestrellas. ¿Directores que son ya superestrellas tendrían ganas de unirse a nosotros? No tengo ni idea. Pero la historia me ha enseñado que no hay que decir «nunca jamás».

XL. ¿Las películas que usted ha hecho hoy se verán todavía dentro de 30 años?

K.F. Eso espero. Como también espero que la gente se acuerde del momento en el que vieron alguna de nuestras películas por primera vez. Es lo que yo viví de niño cuando fui a ver El retorno del Jedi.Para el lanzamiento de Vengadores: Endgame, el día del estreno fui a un cine de Los Ángeles con una parte de mis colaboradores. Nos instalamos en mitad del público y vivimos el descubrimiento de la película con ellos. Es mágico. Ese es el poder del cine.